Esa noche Gloria y su marido llegaron, hacia recién unas semanas que trabajaba en la clínica conmigo, no esperé encontrarla en esa gala.
– señor Lemark! Que hace por acá?
– … Hola! Gloria! Cómo estás? (En su vestido negro se veía letalmente sensual)
– le presento a mi marido Óscar…
– oh! Mucho gusto le dije al marido de mi colega estrechando su mano.
– así que usted es el nuevo jefe de mi señora?
– jaja, no diría eso le dije riéndome y mirando a Gloria.
La verdad es que Gloria era una mujer de mando, difícil de contradecir, con un carisma increíble, Débora y Kat le hacían caso en casi todo. Salvo cuando jugábamos a los roles… Ahí Gloria de dejaba someter por cualquiera de nosotros.
Gloria me miró y se sonrió coquetamente con los ojos..
Nos sentamos a charlar y a tomar un trago, gloria se sentó en medio, entre Óscar y yo.
– y? Cómo ha encontrado que mi señora lo ha hecho?
– pues… Bastante bien… Le dije a Óscar mientras por el lado y disimuladamente, le rozaba un glúteo a mi colega. Gloria se sonrió sin mirarme…
– y cuando van a firmar la compra del negocio?
– mmm aún quedan algunas semanas, pero yo creo que no debiéramos tener inconvenientes… Tu señora es una excelente profesional…
– bueno, le advierto que es poco mandona… Jaja
– Ey! Estoy acá!
– jajaj si lo sé Óscar, pero si va a tener la mitad del negocio eso es bueno…
– y ustedes cómo se conocieron? Preguntó Óscar un poco distraído mirando a alguien por sobre mi hombro…
– ya te dije que leí un libro del doctor… Le dijo Gloria a Óscar mientras yo de reojo seguía la mirada de Óscar… Miraba a un grupo de personas…
– y ustedes?! Que hacen en esta gala?? Les pregunté..
– bueno mi primo es el dueño de la fundación…
– ah qué bien! Muy noble la tarea que hace tu primo…
– sí… Dijo Óscar… Aún distraído…
– amor, voy a ir a saludar a mi primo, está con el alcalde…
– o..k… Le dijo Gloria… Óscar se levantó y salió… Nos quedamos solos con Gloria.
– te ves muy bella… Le dije apretándole un glúteo disimuladamente…
– tú también te ves muy guapo Gastón.. te ves menor sin barba…
– jaja tomaré eso como un cumplido…
Nos quedamos mirando..volteé para mirar a Óscar… Saludaba al alcalde… Me paré y me dirigí al ascensor del hotel… Gloria siguió mis pasos… Cuando las puertas se cerraban parecíamos dos desconocidos, cada uno mirando a un lado distinto.
Al cerrarse, Gloria y yo nos golpeamos con un beso, ella me sacó la camisa del pantalón y recorrió mi espalda con las manos, yo comencé a debitar su cuello dueño de una fragancia exquisita, las manos inquietas de mi futura socia, se fueron a tocar mi entrepierna, y bajaron el cierre del pantalón, mis labios y mis dientes mordían los hombros de Gloria, desesperada ella me desabotonó la camisa, y pasó sus manos por mi abdomen, mi pene estaba en sus manos creciendo con cada apriete que me daba, no aguanté y la di vuelta, apoyada en el espejo del ascensor comencé a desabrochar mi cinturón para bajarme los pantalones.
-no! Házmelo con los pantalones puestos! Me dijo Gloria..
– mmm tenemos otro fetiche??
– mmm y quedan más… Me dijo con una sonrisa coqueta subiéndose la falda de su vestido, hasta mostrarme su culo y su colaless negro de encaje, me agaché y corrí a un lado el colaless para lamer rápida y lujuriosamente la vulva de la chica, luego me paré y sin sacarme los pantalones solo con mi pene asomado por el cierre del pantalón la penetré con fuerza, el roce de su colaless en el borde izquierdo de mi pene me prendía más, ella solo tenía la boca abierta y los ojos cerrados, le tomé el cabello y le besé la oreja mientras la empujaba contra el espejo…
– ay que rico…
– mírame…
Gloria abrió sus ojos y me miró a través del espejo, yo le jadeaba en el oído y ella empañaba el espejo del ascensor…
Cuando se abrieron las.puertas del ascensor solo Gloria bajo de él, yo me había bajado en el segundo piso y bajé por la zona de los baños, cuando llegué donde estaba Gloria, aún estaba Óscar conversando muy animado con su primo y el alcalde.
– te dije que iba a tardar… Me dijo Gloria… ¿Me pides otro igual? Tengo ganas de ir al baño del tercer piso… Luego de eso mi futura socia, me dejó en el bar.
Cuando llegó el barman con los dos tragos, yo tampoco estaba ahí.
Gastón Lemark