Ivanna: deseo callejero - Relato Erotico - Gastón Lemark

Ivanna: deseo callejero

La vi desde mi auto, ella caminaba tranquilamente por la calle fumandose un porro, en pleno invierno iba con jeans su chaqueta y un gorro de lana, muy normal, cuando después salí del supermercado la volví a ver, seguía caminando muy tranquilamente, y me llamó la atención, guarde la mercadería en la cajuela y me subí al auto, pero seguía pensando en ella, comencé a manejar y al doblar me la volví a encontrar, algo en mi interior me hizo avanzar un poco más y estacionar, bajé la ventanilla y encendí un cigarro, mientras veía por el espejo retrovisor, analizaba las posibles frases que le diría, ella se acercó y pasó caminando, yo no dije nada, solo mire su culo alejándose, me volví a armar de valor y me adelanté una cuadra más y volví a parar esperándola, ella ya no apareció, enojado por el destino y mi cobardía comencé a dar vueltas por el sector, sabía que era imposible volver a verla, pero creí en el milagro, después de tres vueltas, la volví a encontrar, con su paso lento, y disfrutando de otro porro, ella me miro, me sonrió y se acercó al auto, yo le pregunté si quería que la llevara a alguna parte, para poder conocerla más, ella se subió al auto, y me dijo donde me quieres llevar? El único lugar al que atiné a ir fue a mi oficina, sabía que estaba vacía, le dije que si le gustaría acompañarme a mi oficina y ella me dijo bueno, me contó que se llamaba Ivanna y que era scort pero que no estaba en ese momento trabajando, y que sólo estaba paseando, me sorprendió mi intuición la verdad es que no parecía escort, y saber que si lo era me alivió, no tendría que intentar seducirla..

Cuando llegamos a la oficina ella me dijo, ya, que quieres que te haga? Yo le dije me encantaría un oral para partir ella se hincó y saco mi verga del pantalón…

La verdad se me hacía raro, todo esto, yo nunca me había metido con una escort, bueno… ahora que lo pienso… si, era mi segunda escort… pero bueno.. estaba ahí, con el pene en su boca ..y ver su culo, aún tapado por el jeans, era impresionante, tenía la forma de corazón perfecta, me dejé llevar.

Luego se paró y se sacó los jeans agachándose lentamente, mostrándome ese culo esponjoso y blanco, me puso el condón y me dijo “culeame papi”

No sé la verdad, qué fue lo que me pasó en ese momento pero mi pene en vez de pararse se comenzó a desinflar…Por más que me esforzaba mi pene parecía no notar en la situación que estábamos, me sentí horrible, eso era primera vez que me pasaba, y ella comenzó a notarlo, su cara de decepción era evidente, y me dijo:

-¿Eso era todo nomás?

– la verdad estoy excitado pero no sé qué me pasó, quizás podrías ayudarme..

-¿ Y como?

– masturbate para mí, siéntate acá y dime cosas sucias mientras te masturbas.

Ella acepto y se sentó desnuda en mi sillón del escritorio, se abrió de piernas y comenzó a meter sus dedos en la vagina mientras yo la observaba, ella me decía

– mmm, quiero ese pico en mi chorito, mira está goteando por que se lo culeen, te gusta mi chorito rosadito?

Me encanta que me lo pongan así de un solo empujón, soy tu putita, ven a culear este chorito, ven a llenarme el hoyo de tu lechita…

Yo le pedí:

– quiero verte chupándote las tetas, putita..

Ella me obedeció y con la mano que no se estaba masturbando, se agarró las tetas y las llevaba hasta su lengua, saboreaba el pezon y se notaba que su sabor le gustaba.

A esas alturas mi pene estaba largo como un mástil, y duro como roca, saqué el condón y mi cabeza hinchada la comencé a frotar por los bordes de sus piernas, hasta llegar a su clitoris, mi glande húmedo masajeaba su clitoris prominente, mientras ella seguía con sus dedos en la concha yo le agregué un dedo extra a la concha y otro al culo y ella seguía lamiendo sus senos, al fin ella sacó su mano de la vagina y sus dedos humedecidos, tomaron mi verga durísima, y la metieron en su vagina mientras, la iba moviendo rápidamente para sentir más placer, la penetré con fuerza, y la ayude a chuparse las tetas, ella me agarró las nalgas y me empujaba para que pudiera entrar más en ella, al fin después de varios minutos y diciéndome al oído, soy tu puta, métemela hasta adentro, me encanta tu pico, rajame la concha, párteme .. al final cuando iba a acabar saque mi verga y acabé en su boca y ella escupió el semen a sus pezones.. ella solo me sonrió, y yo quedé con Ivanna varias veces más, don querer después de las compras en el super, me había convertido en cliente frecuente de la bella y curvilínea Ivanna.

Gastón Lemark.

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