relato erótico no le digas a tus padres - Gastón Lemark

No le Digas a Tus Padres

Mis papás se habían ido, en varias horas más, llegarían mis amigos… tenía la casa para mí, como no tenía que hacer tareas, porque ya eran los últimos meses el año, estaba completamente liberada, puse la música a todo volumen y me fui a poner traje de baño… 

Me tiré a la piscina, el silencio solo interrumpido por mi playlist en casa era tan relajante, y el agua tibia me dió una sensación de relajo total, mientras nadaba me pareció escuchar el timbre… Me quedé quieta, pero como todos los timbres sonaban igual en el condominio, pensé al fin que debía haber sido en la casa de los vecinos… 

Mientras flotaba, volví a sentir el timbre, esta vez salí de la piscina, me puse una toalla y salí a ver quién sería… Nadie en la puerta… Quizás estaba un poco paranoica… Era la primera vez que mis viejos se iban sin mí por un fin de semana, pero tenía tantas ganas de hacer la fiesta que les dije que no se preocuparan… 

Volví a la piscina, miré el agua, pero ya estaba tan relajada que preferí irme a duchar… Para sacarme el cloro de la piel… Subí al segundo piso y me metí a la ducha… Me di una larga ducha, el agua caliente resbalaba por mis hombros hasta llegar a mis pechos, mientras me jabonaba sentía mis pezones erizarse por el roce y el calor del agua, de pronto me acordé de ese hombre que me había seguido hace dos días, en ese momento me sentí asustada, sentir sus pasos detrás mío, su mirada que sentía mirándome el culo, ahora que estaba en mi ducha, hubiera querido que en vez de apresurar mis pasos, lo hubiera encarado, nos hubiéramos metido al probador de alguna tienda, y que él se hubiera aprovechado de mí, la idea de que un desconocido sin decir palabra me utilizará para satisfacer sus ganas, me hacía sentir un objeto de deseo, tan sucia y tan puta que mi mano comenzó a tocar mi vulva , mis dedos eran sus dedos en mi imaginación, y poco a poco me comencé a agachar, para que mis dedos entrarán más y más, de pronto me vi en cuclillas con cuatro dedos moviéndose en mi interior, haciéndome jadear…  

De pronto otra vez sentí el timbre, esta vez era en mi casa, estaba segura… Apagué la ducha, me tapé con la toalla, y me acerqué a la ventana, no había nadie parado afuera de la casa, imaginé que debían ser los hijos de mi vecina, que siempre jugaban al Rin Rin raja, no me molesté, hace algunos años yo también estaba en la misma, haciendo maldades, y luego de tocar, corría a esconderme a mi casa o a casa de la Marce, mi mejor amiga de ese tiempo, ahora ya ni nos veíamos… 

Me comencé a secar el pelo, el espejo del baño estaba empañado… Me saqué la toalla, aún estaba caliente… Si Víctor venía a la fiesta me lo follaría aunque fuera emborrachándolo, mis senos eran hermosos, los pezones estaban un poco blandos, me los pellizqué para volver a endurecerlos, me gustaba verlos así, parados y duritos, me gustaba pasar los dedos por ellos, como si fueran la cuerda de una guitarra, me daba un escalofrío, que me encantaba… Otra vez a la mente, el espejo de ese probador, al que siempre iba, otra vez visualizaba mi cara con la frente arrugada, y la sensación de sentir una verga extraña y sin rostro abriéndose paso a través de mí… Y otra vez la mano, donde la había dejado hace un momento… Apretando mi vul.v4 para ver mi clítoris rosado y parado…

Me encantaba mi cuerpo, me gustaba llamar la atención, llamaba la atención de mis compañeros y profesores, aunque me gustaba más la sutileza de la mirada madura, esa que intenta no ver, que sabe a pecado, pero que no se puede controlar, quizás por eso me prendió tanto aquel extraño, porque no era sutil, era descaradamente obvio, tanto que me incomodó, pero ahora necesitaba con urgencia una mirada así. 

Tenía la casa para mí sola, podía hacer lo que quisiera, me mordí el labio con el pensamiento que se me había cruzado, en mi cuarto, en el cajón de las calcetas estaba escondido el que hasta el momento era mi mejor amigo… Salí de mi baño desnuda, me apresuré a buscar el dildo que estaba escondido… Lo miré, lo acaricié, sentí su grosor con mi mano rodeándolo… Quería más… Estaba sola, podía hacer lo que quisiera, quería público… Pensé en prender mi computador… Pero en lo que me iba a demorar, y la posibilidad que me grabaran, me arrepentí, quería hacer  algo más osado, miré a la ventana, a través del visillo… Buscando a algun vecino del edificio del frente… Vi a un caballero, estaba regando sus plantas de la terraza con una regadora amarilla… Me mordí el labio, pensando en que le haría el día feliz al abuelo… Abrí la cortina y la ventana… Ubiqué la silla del escritorio, y me senté desnuda con las piernas abiertas, acariciándome con la uñas suavemente la conchita, esperando que el abuelo se diera cuenta… 

El anciano no se había dado cuenta, yo un poco desesperada por la posibilidad que él u otra persona me viera, me comencé a acariciar con mi dildo negro… Ver a ese señor regar con tanta inocencia sus plantas, me calentaba más y más, quería ver si cara cuando se dier cuenta que me tenía ahí, abierta, para que él me viera entera, viera como se hundía ese dildo en mi conchita… 

El abuelo no miraba… ¡La puta madre! ¡¿Cómo va a ser tan ciego?! 

El timbre sonó nuevamente… Una sonrisa se esbozó en mi cara… Salí de mi silla, me puse la toalla que saque del baño, y bajé a toda prisa, con el dildo en la mano… 

Al abrir la puerta me quedé pasmada, era el tipo que me había seguido hace dos días… 

– hola, ¿está tu papá?

Dudé en responder… Una cosa es que me haya imaginado tener algo con ese tipo, pero que justo estuviera parado en mi puerta y yo solo con toalla… Era algo muy diferente… 

– no tarda en llegar… Le dije finalmente al tipo…

– soy conocido de él… Me dijo

– si quiere cuando vuelva yo le aviso que vino… 

– ¿estás sola? Dijo el tipo de manera intimidante, empujando levemente la puerta… 

– no, está mi ma…

Cuando me di cuenta el tipo había puesto su pie en la puerta, no podía cerrar, por más que intentaba cerrar con una mano, ya que con la otra tenía afirmada la toalla… 

Al mirar el bototo del tipo, entendí que estaba en riesgo… Rápidamente empujé con mi cuerpo pero el tipo era alto y corpulento, empujó la puerta y yo salí disparada, al caer al suelo la toalla se abrió, dejándome desnuda, el tipo entró y cerró la puerta tras de sí.

– ¡Que mierda está haciendo! Voy a llamar a la policía… 

– Ok… Llámala… 

Su respuesta me desconcertó, el tipo parecía muy confiado… Sus ojos apuntaban directamente a mis tetas… traté de tomar la toalla, pero antes de alcanzarla el tipo ya estaba encima mío, sujetándome de las muñecas y presionándolas contra el piso… 

– quieta… Así que tú eres Gabriela… La hija del hijoeputa que se metió con mi mujer… 

– ¡¡Suéltame conchetumadre!! 

– uy… Esa boquita… Y tan niña buena que te veías en las fotos… Aunque no te veías tan niña buena hace un rato mientras te metías tu juguete negro en la conchita… 

La lengua del tipo pasó por mi mejilla, mientras yo intentaba en vano, soltarme… Me resistí, pero el tipo tenía tanta fuerza que por más que intentaba, no podía apartar su lengua de mi cara, luego de mi cuello y luego de mis pechos… 

– ¡¡Ayuda!! Grité… 

El tipo me miró para arriba mientras succionaba uno de mis pezones y rápidamente me soltó una muñeca para darme una cachetada… El golpe se íntimo seco y lacerante… Jamás nadie me había golpeado… Me dolió y me asustó… Me quedé quieta mientras las lágrimas brotaban espontáneamente…

– no te conviene gritar perrita… A menos que quieras que te corte en cubitos y que luego espere a tus papás para cortarlos a ellos también… 

Comencé a temblar… Mientras el tipo volvía a tomar mi muñeca y volvía a succionar el pezón… Y a morderlo… 

El tipo siguió bajando con su lengua por mi vientre hasta que llegó a mi pubis … Luego volvió a subir… 

– te vas a quedar quieta dijo mirándome a los ojos, con una mirada tan sincera de que me iba a hacer algo si yo me movía, que solo atiné a mover mi cabeza rápidamente… 

Un conejo siendo capturado por un lobo, fue la imagen que se me cruzó por la mente… 

El tipo lentamente soltó mis muñecas, y se sacó la polera… 

– eso… Así me gusta… Obediente… Me dijo mirándome con desprecio y desabrochándose el cinturón, se sacó los pantalones y quedó desnudo arriba mío… Con sus manos abrió mis piernas… 

– no me haga nada, puede llevarse todo no le voy a contar a nadie… 

– tu papá se llevó todo lo que tenía, ahora estoy cobrándole… Dijo el tipo mirándome hincado sobre mí… Se chupó los dedos y abrió su boca, luego tomó mi mejilla y la apretó metiendo esos mismos dedos en mi boca… Yo seguía paralizada y temblando… 

Luego de eso el tipo llevó sus dedos a mi vulva y comenzó a jugar con ella… 

– esto mismo le hizo a mi mujer… Lo vi desde mi departamento… Y esto mismo estabas haciendo tú… Ahora yo te lo hago a ti… ¿No es hermoso como todo cuadra? Me dijo mientras podía sentir esos dedos ásperos entrando en mí v4g.ina… 

Los dedos del tipo se adentraban en mí, mientras él se reclinaba para mirar mi cara… 

– sé que esto te gusta perrita… Dime… ¿Que estabas pensando mientras te metías tu juguete  negro?

Yo solo lloraba y sentía los dedos del hombre entrando más adentro de lo que mi dildo había entrado jamás… Era todo tan confuso, en un momento pensé que está soñándolo… Pero el dolor de los dedos ásperos, me deban cuánto de lo real de la situación… 

– ¡Dime! ¡En qué estabas pensando!

– quería que alguien me viera… Dije llorando resignada

– y te vi yo… Hace unos días te seguí… Y tú me viste… 

– me duele… 

– ¡contesta!

– ¡Sí! Lo vi… 

– te venía mirando el culo… ¿Lo sentiste? 

– por favor… No me haga…

– ¡Responde! ¿¡Lo sentiste!? ¿Te diste cuenta? 

– ¡Sí… Me di cuenta! 

– te he mirado por varias semanas… Pensé que eras una buena chica, incluso me había arrepentido de vengarme así… Pero al verte abierta, ¡supe que eres una puta! Igual que mi mujer… Dime… ¿Te gusta que te miren? Me dijo sacando su mano y llevándosela a la boca… 

– por favor… 

– respuesta incorrecta, dijo metiéndome ahora tres dedos en la vagina… 

– ¡Ay! ¡Me duele! 

– responde la puta pregunta… 

– ¡Sí… Me gusta que me miren! 

– ves… No es tan difícil, y te estás mojando… Sí que eres una putita… 

Lo que dijo… Me sacó de contexto por un momento, ¿De verdad me estaba mojando? No tuve tiempo de pensarlo porque el tipo comenzó a mover su mano, adentro de mí, de una forma que me produjo una extraña forma de cosquillas placenteras… A pesar de que estaba asustada y bloqueada, sentí un corriente que me erizó la piel… Era como un shock de adrenalina… Incluso llegó a ser desagradable esa cosquillas, me revolvía las tripas… 

– eso… Te gusta… Lo veo en tu cara… 

No se qué era peor, lo que me estaba sucediendo, o que el pensara, y con razón que me estaba gustando, bueno al menos era mi cuerpo el que estaba reaccionando… El tipo sacó la mano y me volvió a apretar con la otra mano la cara me obligó a chuparme la mano entera, metió todos los dedos en mi boca, sentí arcadas… El tipo sacó su mano llena de saliva y la volvió a meter ahora completa en mi conchita… 

La movió rápido, y volví a sentir esa eléctrica sensación de cosquillas incómodas al principio y placenteras al final… ¿Que mierda me estaba pasando? ¿Cómo podría ser tan retorcida estar disfrutando esto? La imagen del probador de ropa volvió a mi mente… 

El tipo me miró y de pronto sacó su mano y me agarró de los hombros… Me abrazó y me tomó de las piernas hizo que las cruzara en su cintura, parecía un koala… Subió las escaleras conmigo así… Podía sentir una sutil presión en mi vulva de la punta de su pene, cada vez que subía un escalón y mi cuerpo bajaba… Sentía que mi vulva estaba abierta y que en cualquier minuto su pene iba a entrar en mí… 

El tipo me llevó hasta mi cuarto y me tiró en la cama… Lo miré y se veía imponente y como si fuera un demonio… No me pude mover… El tipo me tomó y me dio vuelta boca abajo, me metió la mano de nuevo en la boca y luego la llevó entre mis nalgas, sentí el dolor del primer dedo penetrando mi ano… Un grito se salió… 

– shhh… Calladita perrita, esto te va a gustar… 

Ese hijo de perra hablaba con tanta confianza que me daba rabia que llegase a tener razón… Para cuando sentí el grosor del segundo dedo entrando ya no me dolía… Luego de un rato el tipo ya tenía los cuatro dedos adentro, no sé cómo no me dolía, y lo peor como es que todo esto le gustaba a mi cuerpo, porque sentía que me seguía mojando… 

– prueba tu sabor perrita… Me dijo llevando su mano a mi boca… 

El tipo me tomó de lado y me abrió de piernas, poniendo una en su cuello ahí ahora me tenía abierta y comenzaba a empujar su mano completa dentro de mi ano… Y luego dentro de mi vagina… Los pezones se me endurecieron, el dolor se volvió agradable, y solo pensaba en ese probador… Y en qué quizás yo misma había movido los hilos de la realidad para llegar a tener la mano de este desconocido enteré dentro de mi culo, abierta, expuesta, humillada y sometida… El tipo entonces me tomó y me llevó hasta la silla en la que me había masturbado para el viejito, me hincó en la silla mirando al edificio del frente y sin más metió su verga, y aunque no era tan gruesa como la mano, sentía que me llegaba muy, pero muy adentro… En el edificio del frente justo debajo de la terraza del abuelo al que quise calentar, estaba la ventana abierta… Una mujer estaba mirando, amordazada, con una huincha de empaquetar en la boca… Parecía estar amarrada… Por unos segundos nos miramos… 

– esa de ahí… Es mi mujer… 

En ese momento un chorro de líquido escurrió por mi piernas, no era del tipo, era mío, algo de toda esta retorcida situación me había hecho acabar… Y acabé viéndola a ella, mientras ella me miraba, la hija de su amante siendo violada por su marido… 

Luego de un rato sentí que el tipo me llenó el culo de semen caliente, yo ya había acabado dos veces, sin squirt… Y la mujer no podía apartar la vista de mí, siendo follada por su marido… 

Lo último que escuché fue «no le digas a tus padres»

Gastón Lemark. 

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