Relatos Reales

Cuando la realidad no necesita ficción para mojar.

Hay historias que no necesitan ser inventadas.
Solo necesitan ser escuchadas.
Y luego escritas con la misma honestidad con la que fueron vividas.

Esta colección está hecha de eso:
De personas comunes.
De momentos cotidianos que se torcieron con deseo.
De decisiones que se tomaron en silencio.
De miradas que se sostuvieron un segundo más de la cuenta.

Algunos de estos relatos me ocurrieron a mí.
Otros me los confiaron en mensajes largos, en audios temblorosos, o incluso en un sillón de consulta, con la voz baja y la mirada encendida.
Nadie se inventó.
Nada se exageró.
Lo que vas a leer, pasó.

Y por eso, estas historias arden distinto.


Relatos Reales incluidos:

1. La manada y la silla musical

Cristina no era solo una paciente. Era alguien que se atrevió a hablar de juegos antiguos…
Pero no eran cualquier juego.
Eran recuerdos de infancia remezclados por el deseo.
Y mientras me contaba sobre aquella versión adulta de la silla musical, los cuerpos que se turnaban y la adrenalina de quedar fuera o dentro, entendí que ese relato no podía quedarse solo en su voz.

“Me acuerdo que cerrábamos los ojos, y que si te tocaba al lado del chico que te gustaba, podías rozarlo sin que nadie lo notara… Luego apagamos las luces…”


2. La promotora

Antes de ser personaje, fue carne.
Una mujer que conocí en redes sociales, guapa como ella sola, sedienta de ambición, joven y dispuesta a todo.
No fue inmediato. No fue fácil.
Pero esa mujer —la promotora— fue la primera en convertirse en relato, y también en misterio.

“Nunca me hubiera imagina que eras tú… hasta que te vi ahí parado…”


3. Por debajo de las sábanas

Este relato me lo envió un lector.
No buscaba consejo ni juicio, solo una forma de sacarse de adentro lo que llevaba años callando.
No fue una historia simple.
Me habló de su hijastra, de las siestas fingidas, de los roces silenciosos mientras la madre lavaba los platos en la cocina.
Y de cómo lo prohibido a veces se confunde con lo inevitable.

“Ella fue quien me rozó la pierna, no sabía qué se suponía que hiciera…»


¿Qué tienen en común estos relatos reales?

Todos nacieron de cuerpos reales.
De camas sin hacer.
De voces que dudaron antes de confesar.
Y de ese momento exacto donde lo cotidiano se vuelve irremediable.

Bienvenido a Relatos de la vida Real.
A lo que me dijeron.
A lo que ya no se puede desdecir.

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